A mucha gente le gustan las mariquitas por su color y sus puntos negros. Sin embargo, a los agricultores les gustan por su apetito. La mayoría de las mariquitas comen con voracidad insectos que se alimentan de plantas, como los pulgones, por lo que ayudan a proteger las cosechas. Las mariquitas dejan cientos de huevos en las colonias de pulgones y otros insectos parecidos. Cuando eclosionan, las larvas comienzan a alimentarse rápidamente. Hacia el final de su vida (entre tres y seis semanas) han podido consumir 5.000 pulgones.
Su colorido y sus puntos sirven para mantener alejados a los depredadores. Pueden segregar un fluido por las articulaciones de las patas de sabor muy desagradable. Su colorido puede servir de recordatorio para los animales que han tratado de comer mariquitas antes, parece decir “mi sabor es asqueroso”.
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